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RSF exige disculpas públicas al departamento de policía de Oakland (EE. UU.) por su comportamiento en el caso Bailey

04/08/2011

10:04

Escrito por: APM

El secretario general de Reporteros Sin Fronteras considera "intolerable que los altos mandos de la policía no sean sancionados por dañar la libertad de información".

 


Reporteros Sin Fronteras
(RSF) recuerda en una nota que se acerca el cuarto aniversario de la muerte de Chauncey Bailey, el primer periodista estadounidense asesinado en territorio norteamericano en los últimos 30 años. El 10 de julio pasado, la cadena de televisión KTVU publicó más de 1.000 páginas de declaraciones juradas sobre el caso. Reporteros Sin Fronteras pide al departamento de policía de Oakland (EE. UU.) unas disculpas públicas por su opacidad a lo largo de la investigación, una actuación que ha atentado contra la libertad de información y el interés público.

Censura colectiva

Hace dos años, Howard Jordan, adjunto del Jefe de Policía de Oakland, ordenó a todo el departamento de policía y, en especial, al sargento Derwin Longmire, principal detective del asesinato de Chauncey Bailey, que no hablaran sobre el caso hasta el final de las investigaciones, impidiendo a la prensa entrevistar a los miembros del departamento sobre su colega asesinado, informa RSF en la misma nota.

Como ya se filtrara a la prensa en su momento, RSF recuerda que el sargento Longmire habría investigado por su cuenta el negocio criminal que Bailey investigaba antes de su muerte, el Your Black Muslim Bakery (YBMB), dirigido por Yusef Bey IV, principal acusado del asesinato del periodista. El sargento no le habría comunicado a sus jefes y compañeros de trabajo lo que estaba haciendo. Sin embargo, los documentos contienen un testimonio bajo juramento donde el jefe inmediato de Longmire le ordena seguir esa línea de investigación y afirma también que el fiscal del distrito tiene conocimiento de sus actuaciones y las aprueba. En otro testimonio bajo juramento, el subjefe Jeff Israel, también aprueba la actuación del sargento Longmire, informa la nota de la asociación.

En este sentido, el secretario general de Reporteros Sin Fronteras, Jean-Francois Julliard, considera que "los documentos dejan claro que la policía manipuló la información a los medios de comunicación y puso al sargento Longmire como chivo expiatorio para ocultar su mala conducta. El departamento de policía de Oakland debería pedirle disculpas al sargento y a los ciudadanos estadounidenses por su falta de transparencia, por encubrir el caso, y por prohibir a los periodistas acceder a la verdad y engañarles durante toda la investigación".

A la prohibición que impusieron algunos jefes de la policía al sargento Longmire, impidiéndole contar a los medios su versión de la historia, se suma el hecho, según cuenta RSF, de que, en su momento, se llegara a filtrar una información confidencial de la policía, según la cual el sargento Longmire había sido encontrado culpable de mala conducta y había sido despedido.

Perseguir a los reporteros para ocultar la verdad

Mientras que al sargento Longmire y al resto del departamento se les prohibía hablar con los medios de comunicación y se llevaba a cabo la investigación sobre las filtraciones, los documentos muestran que el entonces jefe, Wayne Tucker, y el subjefe, Howard Jordan, decidieron hablar con la prensa en varias ocasiones, según la misma nota de RSF.

En este sentido, el secretario general de Reporteros Sin Fronteras considera "intolerable que los altos mandos de la policía no sean sancionados por dañar la libertad de información. Pedimos al departamento de policía de Oakland que asuma su responsabilidad para garantizar que los periodistas puedan realizar su trabajo con normalidad", concluye.
 

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