Reporteros Sin Fronteras denuncia ataques y amenazas a periodistas locales e internacionales en Níger
La organización no gubernamental Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha denunciado ataques y amenazas contra periodistas locales e internacionales en Níger, tras el golpe de Estado que tuvo lugar el pasado miércoles 26 de julio.
La ONG ha remarcado que los medios de comunicación "no deben ser rehenes de la situación política del país", según informa Europa Press.
RSF también ha advertido de que los incidentes registrados contra periodistas en los últimos días hacen temer un deterioro de la libertad de prensa desde el inicio del golpe y ha pedido que se respete el derecho a informar.
Entre el jueves y el domingo, RSF ha registrado al menos tres ataques contra periodistas en marchas a favor de la junta militar golpista, conocida como Consejo Nacional para la Salvaguarda de la Patria (CNSP), y en la cobertura de una rueda de prensa de miembros del partido gobernante depuesto.
Ataques a periodistas y medios
Una de las reporteras atacadas es la corresponsal francesa Anne-Fleur Lespiaut, que recibió el domingo pasado varias amenazas verbales en una marcha de apoyo a la junta miliar por parte de los manifestantes.
Dos días antes, individuos no identificados atacaron los equipos de la radiotelevisión nigerina Anfani durante una rueda de prensa en la sede del Partido Nigerino para la Democracia y el Socialismo (PNDS), la formación política del presidente depuesto, Mohamed Bazoum.
"Si bien la junta, en la figura del general Abdourahmane Tchiani, aún no se ha pronunciado sobre estos incidentes, un miembro del Comité de Apoyo del CNSP, Boubacar Kima, ha hecho un llamamiento este fin de semana a la televisión nacional a 'suspender hasta nueva orden los medios occidentales que transmiten mensajes de odio e intoxicación'", denuncia la ONG, según informa Europa Press.
El director del la oficina de RSF para África Subsahariana, Sabidou Marong, ha apuntado que "los ataques a la libertad de prensa que vemos surgir en Níger son sumamente preocupantes. Hasta ahora, era el único país del Sahel central que se salvó de la presencia de militares en el poder".
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