Ángeles Villarta. Foto: APM
Ángeles Villarta Tuñón, decana de los periodistas españoles, falleció el pasado 7 de noviembre a los 104 años. Periodista, editora, novelista y poetisa, nació en Belmonte de Miranda (Asturias) el 6 de diciembre de 1913. A los tres años, su familia se desplazó a Lastres (concejo asturiano de Colunga), donde su padre, natural de Alameda de la Sagra (Toledo), trabajaba de médico.
A los once años, fue enviada junto a su hermana Maruja –Ángeles era la mayor de cinco hermanos– a un internado en Friburgo (Suiza), en el que estudió hasta 1936, como informan en “La Nueva España”, y aprendió alemán, francés y nociones de italiano. “Mi padre decía que el XX era el siglo de la mujer y me envió a estudiar idiomas a Suiza”, aclaró ella misma en una entrevista en el mismo diario.
Vivió buena parte de su vida en Madrid; no obstante, como confirmó en su libro “Asturias, cumbre, valle, mar”, fue “asturiana total, enraizada a mis Asturias en los huesos de mis muertos y en el amor de mi país natal”, una “asturiana de pandereta y gaita”.
Villarta, una de las pioneras entre las periodistas españolas
Villarta formó parte de la sección de Prensa y Propaganda del Auxilio Social, el organismo creado por el franquismo para atender a niños afectados por la Guerra Civil. Compaginó su trabajo en el Auxilio Social, en el que ejercía como jefa de prensa, con el periodismo, siendo una de las mujeres periodistas pioneras en España: “Costaba mucho hacer periodismo y ser mujer”, dijo.
Ángeles Villarta. Foto: JorgeOrdaz.com
Colaboró con el semanario “Domingo”, con los diarios de “La Nueva España” (en una sección propia llamada “El mundo es grande y terrible”), “Madrid”, “Ya” y “ABC”, con las agencias de noticias Pyresa, Cifra, Efe y Logos y con Radio Nacional de España para Hispanoamérica.
Llegó a fundar en 1952 y a dirigir el semanario humorístico “Don Venerando”, “más popular, es decir, menos elevado, que ‘La Codorniz’, y con un sentido del humor que tendía a lo italiano”. También editó la colección de posguerra “La Novela Corta”, en la que colaboraron grandes firmas como Pío Baroja, Wenceslao Fernández Flórez, Alfonso Insúa, Enrique Jardiel Poncela y José María Pemán, entre otros; algunos de ellos, amigos personales de Ángeles Villarta, es el caso de los dos primeros.
En una entrevista en “La Nueva España”, contó que quiso “hacer cosas diferentes en periodismo: en Brasil conocí los cultos esotéricos, en Israel viví con un sefardí, viajé al Polo Norte, bajé a la mina y entré en un manicomio para escribir sobre ello”. “He escrito cantidad de entrevistas y reportajes, y cosas frívolas, pero importantes; mucho de moda, de decoración y de ferias internacionales. Visitaba las ferias de Alemania, que eran tremendas: los alemanes no te dejaban salir hasta que no lo veías todo”, explicó.
La literatura de Ángeles Villarta
Asimismo, Villarta publicó varios poemas, como “In septima legion”, “La taberna de Laura”, “Fervor de España”, “Católica” y “Costa verde”, además de cuentos infantiles. Con la novela “Una mujer fea” ganó en 1953 el premio “Fémina”, creado por Editorial Colenda. Su sobrino, Félix Alejandro Sánchez, la definió, según un reportaje en “ABC”, como “una escritora de éxito y una gran cronista social del Madrid de la posguerra”, a la que “le interesó sobre todo, describir a la mujer, inmersa entonces en una sociedad tan austera y dura; con toques de humor resaltó sus valores, circunstancias y miserias. Con instinto innato, sedienta curiosidad y singular perspectiva, directamente indagó y narró con agudeza como vivían los individuos que la rodeaban, en aquella sociedad abierta en canal que trataba de restañar sus heridas”.
Ángeles Villarta era asociada de honor de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), con el n.º 79, en la que ingresó en 1966. La Junta Directiva de la APM transmite su más sentido pésame a sus familiares y allegados.
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