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‘Para Bastenier, además de ser un oficio, el periodismo era la propia vida, y por eso murió con las botas puestas’

30/06/2017

11:50

Escrito por: Xose Martín

La sede de la APM acoge un homenaje a Miguel Ángel Bastenier, organizado y conducido por su viuda, la también periodista y escritora Pepa Roma, y sus amigos.

Homenaje a Miguel Ángel Bastenier. Foto: Pablo Vázquez / APM

“Era un periodista de primerísima fila, de pata negra y que vivió toda su vida apasionadamente para el oficio, escribiendo hasta el último instante y en el que ha dejado no solo amigos, sino discípulos aquí y en América”, fueron las palabras que le dedicó Victoria Prego, presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), al periodista Miguel Ángel Bastenier, fallecido el pasado 28 de abril en Madrid, a los 76 años, y al que se le rindió un sentido homenaje el 29 de junio en la sede de la APM.

El acto estuvo organizado y conducido por su viuda, la también periodista y escritora Pepa Roma, y sus amigos. Aunque la carrera profesional de Miguel Ángel Bastenier comenzase en Barcelona, ciudad en la que nació, fue su salto a Madrid, concretamente a “El País”, lo que “de verdad le permitió desarrollar y llegar a ser un gran periodista y maestro de periodistas”, contó Pepa Roma, quien recordó que su llegada al periódico de Prisa “fue como llegar al periódico para el que él se sentía predestinado”. Ingresar en aquel momento en dicho diario, dijo, era “entrar en otra dimensión del periodismo, un periódico hecho a la medida de los grandes periódicos europeos”. También fueron determinantes en la vida de Bastenier la Escuela de Periodismo de El País, “donde lo que aprendía en la enseñanza lo trasladaba al periodismo y viceversa”, y la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, de la que “fue el último gran maestro”, dijo Roma.

“Era una persona interpelante y gruñona, pero que enseguida se conciliaba. Sabía pedir perdón”, recordó su mujer, y “he tenido el privilegio enorme de ser una alumna continua”. “Era un gran contextualizador, una especie de noticiero andante y la persona con más criterio periodístico que he conocido", aseveró.

Joaquín Estefanía, con el que le unía una “grandísima relación de complicidad”, según la definió el exdirector de El País y de la Escuela de Periodismo del diario, señaló que para Bastenier “el periodismo, además de ser un oficio, era la propia vida, y por eso murió con las botas puestas”.

Estefanía recordó cómo Bastenier se transformó y entró en el mundo digital para no quedarse atrás: “No se quería quedar atrás de ninguna manera” porque “era un periodista que siempre consideró que era una contradicción hablar de periodista y hablar de jubilado”. Recordó que no concebía estar inactivo, algo que se demuestra en que hasta pocos días antes de morir seguía entregando sus crónicas. También destacó Joaquín Estefanía el sentido de pertenencia que tenía Bastenier: “Tenía que sentirse querido y perteneciendo a algo”.

De Izq. a dcha.: Sami Nair, Antonio Caño, Pepa Roma, Joaquín Estefanía y Victoria Prego. Foto: Pablo Vázquez / APM

Antonio Caño, director de El País, confesó que el fallecimiento de Bastenier, al igual que el de Joaquín Prieto, muerto unos días antes y ambos miembros del Consejo Editorial del diario, supusieron “uno de los momentos más duros que me han tocado vivir en el cargo: su fallecimiento supuso un shock en la redacción del diario”.

Caño hizo especial hincapié en la faceta más personal del periodista con el que dijo haber desarrollado “cierto afecto y cariño”: “Cuando llegué al diario me acogió y se generó una relación muy afectuosa”. En este sentido, añadió que “se hacía de querer no porque te regalara elogios, sino todo lo contrario, era una persona más bien severa”.

“Era un gran maestro que disfrutaba con esa faceta” y “su magisterio lo vamos a echar mucho de menos, especialmente en estos tiempos”. Para Caño, el periodismo que enseñó Bastenier era “serio, riguroso, preciso, un periodismo que poco a poco se está perdiendo”.

En la etapa de transformación digital del periódico, contó Caño, el homenajeado le pidió no estar en primera línea pero, luego, “cuando él descubrió algunas de las ventajas del periodismo digital, lo usó y fue muy útil para el periódico”. Probablemente, lamentó el director de El País, “murió sin saber que sí que fue un agente de la transformación digital del periódico”.

Instante en el que se conecta en directo con Teresa Ronderos. Foto: Pablo Vázquez / APM

El escritor e intelectual francés Sami Nair, describió al homenajeado de singular y excepcional: “Teníamos una relación muy afectuosa, de carácter intelectual, basada en el intercambio de ideas". Nair destacó la profunda generosidad y la enorme Cultura de Bastenier destacando que “mezclaba constantemente la intelectualidad -el intercambio de ideas- y el periodismo -la exposición de los hechos-”.

Como recodaron los ponentes, el periodista no solo dejó su impronta en España, sino que también en América Latina. La periodista colombiana Teresa Ronderos, que intervino vía videoconferencia desde Londres, subrayó que Bastenier quedará en la memoria de miles de latinoamericanos, no solo por la enseñanza del oficio al otro lado del charco, sino “por el amigo que fue y por el periodismo que ejerció".

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